Paola Cosgaya Pérez

La Psicología es una ciencia tan amplia como maravillosa, por lo que no es infrecuente que la mayoría de profesionales que se dedican a ella hayan tenido sus dudas sobre qué camino concreto elegir. 

Esto me pasó a mi, como estoy segura de que le pasó a muchos de mis compañeros. Tenía en frente muchas direcciones, todas ellas totalmente diferentes, y en medio me encontraba yo con mil dudas por resolver.  

Mis años de carrera se caracterizaron por ser extremadamente enfocados a la clínica y sanitaria. Bueno, es cierto, también vimos bastantes asignaturas enfocadas al campo educativo… pero fundamentalmente la visión que nos daban de la psicología era clínica y sanitaria. 

¿Cómo no iba a ser entonces una de mis opciones? Parecía que me lo ponían en bandeja: «Toma, aquí tienes esto y solo esto. Cógelo». 

No me malinterpretéis, no es que no me guste la terapia, no es que no sea necesaria ni buena. ¡Todo lo contrario! Es maravillosa y muy importante para la salud general. Todos deberíamos ir a terapia en algún momento de nuestra vida.

Pero yo empecé a sentir que no encajaba en esa función. ¿Como cuando nos encontramos en medio de situaciones en las que no nos sentimos cómodos? Pues un poco así pero laboralmente hablando. No me sentía del todo cómoda en ese rol.

Se puede decir que el último año fue el que más «movimiento» tuvo. A parte de que por primera vez en 4 años pude tener dos asignaturas relacionadas con la rama jurídica y forense, me apunté a numerosos cursos específicos que me permitieron ver a la Psicología desde una perspectiva totalmente diferente a la que me habían estado contando, y con los cuales comenzó mi formación específica en esta maravillosa área de la psicología, tan necesaria como lo es la terapia: la rama jurídica y forense. 

Desde entonces no he parado de formarme y lo seguiré haciendo a cada año que pase, pues no solo es mi obligación, sino que es también mi pasión. Mi objetivo es poder conseguir que toda persona que decida contactarme y obtener mis servicios, obtenga un resultado profesional y de la máxima calidad posible.

 

Paola Cosgaya Pérez

La Psicología es una ciencia tan amplia como maravillosa, por lo que no es infrecuente que la mayoría de profesionales que se dedican a ella hayan tenido sus dudas sobre qué camino concreto elegir. 

Esto me pasó a mi, como estoy segura de que le pasó a muchos de mis compañeros. Tenía en frente muchas direcciones, todas ellas totalmente diferentes, y en medio me encontraba yo con mil dudas por resolver.  

Mis años de carrera se caracterizaron por ser extremadamente enfocados a la clínica y sanitaria. Bueno, es cierto, también vimos bastantes asignaturas enfocadas al campo educativo… pero fundamentalmente la visión que nos daban de la psicología era clínica y sanitaria. 

¿Cómo no iba a ser entonces una de mis opciones? Parecía que me lo ponían en bandeja: «Toma, aquí tienes esto y solo esto. Cógelo». 

 

 

No me malinterpretéis, no es que no me guste la terapia, no es que no sea necesaria ni buena. ¡Todo lo contrario! Es maravillosa y muy importante para la salud general. Todos deberíamos ir a terapia en algún momento de nuestra vida.

Pero yo empecé a sentir que no encajaba en esa función. ¿Como cuando nos encontramos en medio de situaciones en las que no nos sentimos cómodos? Pues un poco así pero laboralmente hablando. No me sentía del todo cómoda en ese rol.

Se puede decir que el último año fue el que más «movimiento» tuvo. A parte de que por primera vez en 4 años pude tener dos asignaturas relacionadas con la rama jurídica y forense, me apunté a numerosos cursos específicos que me permitieron ver a la Psicología desde una perspectiva totalmente diferente a la que me habían estado contando, y con los cuales comenzó mi formación específica en esta maravillosa área de la psicología, tan necesaria como lo es la terapia: la rama jurídica y forense. 

Desde entonces no he parado de formarme y lo seguiré haciendo a cada año que pase, pues no solo es mi obligación, sino que es también mi pasión. Mi objetivo es poder conseguir que toda persona que decida contactarme y obtener mis servicios, obtenga un resultado profesional y de la máxima calidad posible.

 

 

Paola Cosgaya Pérez

La Psicología es una ciencia tan amplia como maravillosa, por lo que no es infrecuente que la mayoría de profesionales que se dedican a ella hayan tenido sus dudas sobre qué camino concreto elegir. 

Esto me pasó a mi, como estoy segura de que le pasó a muchos de mis compañeros. Tenía en frente muchas direcciones, todas ellas totalmente diferentes, y en medio me encontraba yo con mil dudas por resolver.  

Mis años de carrera se caracterizaron por ser extremadamente enfocados a la clínica y sanitaria. Bueno, es cierto, también vimos bastantes asignaturas enfocadas al campo educativo… pero fundamentalmente la visión que nos daban de la psicología era clínica y sanitaria. 

¿Cómo no iba a ser entonces una de mis opciones? Parecía que me lo ponían en bandeja: «Toma, aquí tienes esto y solo esto. Cógelo». 

 

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No me malinterpretéis, no es que no me guste la terapia, no es que no sea necesaria ni buena. ¡Todo lo contrario! Es maravillosa y muy importante para la salud general. Todos deberíamos ir a terapia en algún momento de nuestra vida.

Pero yo empecé a sentir que no encajaba en esa función. ¿Como cuando nos encontramos en medio de situaciones en las que no nos sentimos cómodos? Pues un poco así pero laboralmente hablando. No me sentía del todo cómoda en ese rol.

Se puede decir que el último año fue el que más «movimiento» tuvo. A parte de que por primera vez en 4 años pude tener dos asignaturas relacionadas con la rama jurídica y forense, me apunté a numerosos cursos específicos que me permitieron ver a la Psicología desde una perspectiva totalmente diferente a la que me habían estado contando, y con los cuales comenzó mi formación específica en esta maravillosa área de la psicología, tan necesaria como lo es la terapia: la rama jurídica y forense. 

Desde entonces no he parado de formarme y lo seguiré haciendo a cada año que pase, pues no solo es mi obligación, sino que es también mi pasión. Mi objetivo es poder conseguir que toda persona que decida contactarme y obtener mis servicios, obtenga un resultado profesional y de la máxima calidad posible.

 

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