TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO COMPLEJO
Una de las consecuencias de haber sido víctimas de un suceso traumático, ya sea abuso sexual, violencia de género, atraco, robo con fuerza, accidente de tráfico… es el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). No obstante, en los últimos años se ha visto que no todos los casos de TEPT pueden ser adecuadamente explicados con los criterios que definen a este último. Por ello, lo diferenciaremos con el trauma complejo, como forma de explicación adicional de las complejas respuestas que las personas pueden desarrollar ante situaciones de este estilo.
¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)?
Una de las más estudiadas respuestas como consecuencia del trauma ha sido el Trastorno de Estrés Postraumático. Este trastorno, según el DSM-5 se puede definir como (American Psychiatric Association, 2014):
Aquel trastorno que se presenta en la persona en forma de síntomas intrusivos asociados a un hecho traumático ya sea vivido directamente, ya sea presenciado directamente pero ocurrido a otras personas y no a nosotros, ya sea porque le ha ocurrido a un familiar próximo o ya sea por la exposición repetida o extrema a detalles repulsivos de un suceso traumático. Estos síntomas intrusivos deben de ser al menos uno de los siguientes:
- Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso traumático. Estos síntomas intrusivos, en niños mayores de 6 años pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso traumático.
- Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido está relacionado con el suceso. En los niños pueden ser sueños aterradores sin contenido reconocible.
- Reacciones disociativas en las que el sujeto siente o actúa como si se estuviera repitiendo el suceso. En niños esta representación puede tener lugar en el juego.
- Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores que se parecen a un aspecto del suceso traumático.
- Reacciones fisiológicas intensas que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso.
Además, el mismo DSM-5, refiere que debe de haber una evitación persistente de todos los estímulos que estén asociados al suceso, ya sea evitando o intentando evitar recuerdos, pensamientos, sentimientos angustiosos del trauma, o ya sea evitando a personas, lugares, actividades que la persona asocie al trauma y la despierten esos sentimientos, recuerdos o pensamientos.
También debe haber una serie de alteraciones como por ejemplo la incapacidad de recordar algún aspecto importante del suceso, creencias negativas sobre uno mismo o el mundo (por ejemplo, “no puedo confiar en nadie”), percepción distorsionada del suceso que hace que el sujeto se culpe a sí mismo o a los demás y estado emocional negativo de miedo, culpa, terror, incapacidad de experimentar emociones positivas, entre otras alteraciones.
Todo esto lleva al sujeto a vivir en una alerta e hipervigilancia constante en relación al suceso traumático, que le lleva a estar irritable, a tener un comportamiento imprudente, a presentar una respuesta de sobresalto exagerada, a tener problemas de concentración, a presentar un sueño alterado…. Todos estos síntomas o manifestaciones deben haber durado como mínimo un mes (American Psychiatric Association, 2014).
¿QUÉ PERSONAS PUEDEN DESARROLLAR EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSRTRAUMÁTICO?
Víctimas de todo tipo de delitos podrían desarrollar todo este cuadro: víctimas de abuso sexual, víctimas de violencia de género, víctimas de atraco violento, víctimas de robo con fuerza… pero también podrían experimentarlo incluso sus familiares, amigos o incluso los hijos de la mujer víctima de violencia de género que no han sufrido ese maltrato directamente, pero sí lo han presenciado en sus madres.
¿QUÉ PORCENTAJE DE VÍCTIMAS LO DESARROLLAN EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO?
Esta respuesta al trauma se da en torno al 20% de los casos. Es importante decir que depende mucho de los factores de protección con los que cuente la persona. De esta forma, una persona que ha sufrido un suceso traumático muy violento puede no desarrollarlo, y otra cuyo suceso se entiende como más leve puede desarrollarlo, porque presenta una mayor vulnerabilidad y menos factores de protección que la primera persona.
«¿Y SI MI RESPUESTA AL TRAUMA VA MÁS ALLÁ DE TODO ESTO?». EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO COMPLEJO.
Sin embargo, en torno al 80-85% de las personas que sufren este TEPT presentan además otro desorden psicopatológico, llegando a hablarse de una alta comorbilidad entre el TEPT y otros trastornos. Estos desórdenes a mayores se han concebido como reacciones traumáticas complejas y sobre todo se producen cuando la victimización se ha dado en una etapa temprana o ha sido prolongada en el tiempo (López-Soler, 2008).
Y aquí cabe preguntarse, ¿recoge el TEPT realmente la complejidad de la respuesta humana al trauma? ¿Se trata de un TEPT comórbido con otros trastornos? ¿O solo sería un TEPT junto con otro tipo de respuestas al trauma, a mayores?
Para intentar dar respuesta, se ha propuesto el concepto de Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPTC), con el objetivo de poder explicar mejor esa compleja respuesta al trauma que desarrollan muchas personas, sobre todo cuando son víctimas de este tipo de sucesos en ocasiones repetidas y desde una edad temprana (Cáceres-Rubio & Crespo, 2019; López-Soler, 2008). Además de las respuestas propias del TEPT, el TEPT Complejo incluiría las siguientes manifestaciones a mayores (Herman, 1992):
- Alteraciones en el afecto y los impulsos: ira, conductas autodestructivas, ideación suicida, inapetencia sexual.
- Alteraciones en la atención y consciencia: episodios disociativos transitorios, amnesias, despersonalización, dificultades de concentración y atención.
- Alteraciones en la autopercepción: sentimientos de culpabilidad y vergüenza, sentimientos de ineficacia, incomprensión.
- Alteraciones en las relaciones interpersonales: desconfianza, sensación de vulnerabilidad y peligro cuando se inician nuevas relaciones.
- Alteraciones en los esquemas mentales: desesperanza acerca del mundo y del futuro, sentimientos de pérdida de seguridad.
- Somatizaciones y problemas médicos.
Si has sufrido algún tipo de victimización de este estilo, LO PRIMERO no dudes en denunciar. Pero si además, te sientes identificado/a con alguno de estos síntomas y manifestaciones, no dudes en pedir información, y junto a la denuncia presentar un informe pericial psicológico para medir qué clase de lesiones o secuelas se han podido desarrollar como consecuencia al suceso.
Bibliografía:
American Psychiatric Association (Ed.). (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. American Psychiatric Publishing.
Cáceres-Rubio, M. J., & Crespo, M. (2019). La Terapia de Exposición Narrativa como alternativa terapéutica para el Trastorno de Estrés Postraumático Complejo. Revista de victimología, 9, 26.
Herman, J.L. (1992b). Trauma and recovery: The after- math of violence-From domestic to political terror. New York: Basic Books.
López-Soler, C. (2008). Las reacciones postraumáticas en la infancia y adolescencia maltratada: El trauma complejo. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 13(3). https://doi.org/10.5944/rppc.vol.13.num.3.2008.4057